El alcoholismo o la adicción a drogas es una enfermedad familiar que afecta a todos los integrantes.
El alcoholismo o cualquier tipo de adicción afecta a todos en la familia de alguna manera. Se identificaron seis papeles principales en una familia alcohólica como una manera de destacar los efectos del alcoholismo en el cónyuge y niños.
Los niños con un padre adicto a menudo experimentan una vida en el hogar caótica o impredecible que puede incluir abuso físico y emocional. Aún más común es el abandono emocional, donde las necesidades emocionales del niño se descuidan debido al caos y se centran en lidiar con el adicto y sus problemas. Los niños pueden sentirse avergonzados, solos, confundidos y enojados. Algunos niños hacen frente tratando de ser perfectos y otros lidian con chistes y metiéndose en problemas.
Los miembros de la familia tienen que caminar sobre vidrio y aprenden rápidamente que el adicto dicta el estado de ánimo para toda la familia. Los miembros de la familia no tienen la oportunidad de explorar sus propios intereses y sentimientos. La vida consiste en mantener la paz, simplemente sobrevivir y tratar de evitar que la familia se rompa.
La adicción y el caos resultante es un secreto fuertemente guardado en la mayoría de las familias adictas. A los niños se les dice abiertamente o encubiertamente que no hablen de lo que está pasando en casa. Como resultado, sienten vergüenza y una sensación de que hay algo mal con ellos, que son de alguna manera culpables por la adicción de sus padres.
Roles comunes en las familias
El adicto
Los adictos tienen diferentes grados de funcionamiento o de cumplimiento de sus responsabilidades. Para la mayoría, la adicción progresa con la cantidad y frecuencia de su uso de drogas o alcohol. Las drogas y el alcohol se convierten en la principal forma en que el adicto se enfrenta a problemas y sentimientos incómodos. Con el tiempo, los adictos queman puentes y se vuelven aislados. Sus vidas giran en torno al alcohol y las drogas: obtener más, el uso y la recuperación. Culpan a otros por sus problemas, pueden estar enojados y críticos, impredecibles, y no parecen preocuparse por cómo sus acciones afectan a los demás. También podríamos sustituir otras formas de adicción o disfunción (adicción al sexo, juegos de azar, problemas de salud mental no gestionados) por la adicción a las drogas o el alcohol y la dinámica es prácticamente la misma.
El habilitador
El habilitador trata de reducir el daño y el peligro a través de conductas que permiten, como dar excusas o hacer cosas para el adicto. El habilitador niega que el alcohol o las drogas sean un problema. El habilitador trata de controlar las cosas y mantener a la familia unida a través de la negación profunda y la evitación de problemas. Va a extremos para asegurar que los secretos de la familia se mantengan y que el resto del mundo los vea como una familia feliz y que funciona bien. El activador es a menudo el cónyuge del adicto, pero también puede ser un niño.
El héroe
El héroe es perfeccionista, y extremadamente responsable. Este niño parece que lo tiene todo. Trata de llevar la estima a la familia mediante el logro y la validación externa. Trabaja duro y quiere sentirse en control. Los héroes ponen mucha presión sobre sí mismos, están muy estresados, a menudo son adictos al trabajo con personalidades de Tipo A.
El chivo expiatorio
El chivo expiatorio de la familia es culpado por todos los problemas de la familia. Un niño chivo expiatorio actúa y distrae temporalmente la atención de los problemas del adicto. Es rechazado por sus padres y no encaja.
El Payaso
El payaso trata de reducir el estrés de la familia a través del humor, o metiéndose en problemas. Se le ve como inmaduro o un payaso de la clase. El humor también se convierte en su defensa contra el dolor y el miedo.
El Niño Perdido
El niño perdido es en gran parte invisible en la familia. No obtiene ni busca atención. Es tranquilo, aislado, y pasa la mayor parte de su tiempo en actividades en solitario.
