Inteligencia

Emociones Primarias y Secundarias: Cómo nos afectan

Escrito por Dia García

A nivel internacional han sido identificadas 128 emociones, pero no todas tienen nombres en todos los idiomas. El enfoque primario, secundario y terciario se describió originalmente en 1987 en el Journal of Personality and Social Psychology y es una clasificación aceptada por la mayoría de psicólogos en el mundo.

Se describe como una forma de árbol que comienza con el yo y con emociones primarias, secundarias y terciarias que se extienden como ramas desde el tronco de la personalidad. Veamos en este post qué son las emociones primarias y secundarias y cómo nos afectan.

Qué son las emociones primarias y secundarias

Emociones primarias

Nuestras emociones primarias son el resultado directo de la experiencia. Tienen un efecto muy potente en nosotros, pero son más transitorias que las secundarias, por lo que son menos complicadas y más fáciles de entender.

Funcionan como una respuesta a un evento o estímulo, pero a medida que pasa el tiempo luchamos por conectar la misma emoción con el evento porque nuestras emociones han cambiado. En otras palabras, no son permanentes.

Algunas emociones primarias básicas son:

  • Ira
  • Temor
  • Felicidad
  • Sorpresa
  • Tristeza
  • Asco
  • Interesar
  • Vergüenza

Emociones secundarias

Las emociones secundarias, por otro lado, son más sutiles y complejas, a menudo se refieren a los sentimientos que tiene sobre la emoción primaria. Los psicólogos dicen que aprendemos estas emociones de nuestros padres o cuidadores primarios mientras crecemos.

En Star Wars, el Maestro Yoda explicó perfectamente las emociones secundarias: “el miedo conduce a la ira, la ira conduce al odio, el odio conduce al sufrimiento”. Es decir, que las emociones secundarias son aquellas a las que te conduce una emoción primaria.

Aquí hay algunos ejemplos de emociones secundarias: aburrimiento, serenidad, interés, rabia, molestia, éxtasis, asombro, orgullo.

La mayoría de las veces, puedes sentir emociones primarias y secundarias al mismo tiempo. Por eso identificar las emociones secundarias es tan complejo. Veamos cómo estas emociones nos afectan.

Cómo nos afectan las emociones primarias

Las emociones primarias son “de acción rápida” lo que significa que ocurren cerca del evento que las provocó. Las emociones primarias son importantes porque nos proporcionan información sobre nuestra situación actual y nos preparan o motivan para actuar en consecuencia.

Las personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT por sus siglas en inglés) a menudo experimentan emociones fuertes como tristeza, ira o ansiedad cuando recuerdan el evento traumático o tienen contacto con alguna situación estresante. Todas estas reacciones emocionales son primarias.

Identificar los tipos de emociones es muy útil para los profesionales de la salud. En lugar de aceptar ciegamente una emoción, ser capaz de comprender de dónde proviene y las acciones que condujeron a esa emoción pueden ser un camino para rastrear el abuso previo o los eventos traumáticos que han dejado cicatrices emocionales.

Las emociones primarias son muy útiles porque son las que están conectadas con el evento y nos llevan a reaccionar. Por ejemplo, si una persona se encuentra atrapada en el tráfico es probable que se enfade mucho y diga palabrotas. En este contexto, la ira es una emoción primaria. Además es de respuesta rápida por definición, es decir, no te sientes molesto luego de reflexionar por haber estado mucho tiempo atrapado en el tráfico, sino que te enojas de inmediato.

Cómo nos afectan las emociones secundarias

Ahora bien, las emociones secundarias funcionan diferente. Las emociones secundarias son una mezcla de dos o más emociones primarias. No son tan fuertes, pero sí pueden durar mucho más tiempo y pueden tener un impacto mayor en nuestro bienestar.

Hay muchas formas en que las emociones secundarias pueden tomar forma. Por ejemplo, podrían ser el resultado de eventos del pasado. Aunque el evento que desencadenó una emoción primaria puede haber ocurrido hace mucho tiempo, tu memoria emocional puede desencadenar emociones similares cuando suceden eventos similares.

Pero las emociones secundarias no solo pueden estar relacionadas con eventos del pasado, sino que pueden surgir de la anticipación de su futuro. En este aspecto, la ansiedad por cosas que no han sucedido es una de las emociones secundarias más comunes.

Volviendo al ejemplo del tráfico, en el momento sientes la ira que es una emoción primaria. Sin embargo, digamos que te criaron para creer que no está bien estar enojado, o temes que cuando sientas enojo, pierdas el control y hagas algo impulsivo. Si evalúas de esa manera a tu emoción primaria, la ira, entonces sentirás vergüenza o ansiedad como una emoción secundaria.

Las emociones secundarias no pasan rápidamente ni proporcionan información útil, pero tienden a quedarse por mucho tiempo. Pueden ser problemáticas porque buscan encargarse de las emociones primarias y las bloquean (y estas son necesarias). Como resultado, tus emociones secundarias pueden evitar que obtengas la información que necesitas de tus emociones primarias, y actúes de manera poco saludable. En palabras simples, dejarse dominar por las emociones secundarias es una forma de tratar de evitar tus emociones.

Conclusiones

Los estudios han demostrado que los humanos casi siempre sienten al menos una emoción, por lo que vivimos vidas profundamente emocionales. Es bueno dedicar tiempo a reconocer nuestras propias emociones para poder actuar de forma positiva y saludable.

Como hemos visto, no es bueno inhibir las emociones primarias por causa de las emociones secundarias. Es decir, no es bueno reprimirse si nos sentimos enojados porque tenemos un estigma en contra del enojo, como si se tratara de un pecado. El ser humano debe vivir todas las emociones en la medida justa, porque debemos expresarnos de forma natural, de lo contrario, podemos crear tanta tensión hasta desencadenar un desequilibrio emocional con ataques de pánico, crisis de ansiedad o depresión.

El no poder expresarse puede ser frustrante para cualquier persona. Así que un ejercicio muy saludable es empezar a identificar las emociones primarias y hacia dónde nos conducen estas. De esa manera, si hay una emoción secundaria que aprendimos mal en la infancia, podemos empezar a corregirla para disminuir la ansiedad o problemas similares.

Acerca de

Dia García

Licenciada en Letras mención Historia del Arte, escritora creativa e investigadora con buena experiencia en escritura web.