Inteligencia

Mitos populares de la psicología que son falsos

Escrito por Dia García

Existen una gran cantidad de mitos psicológicos que constantemente nos invitan a continuar para conseguir algún determinado propósito o para justificar algún determinado patrón de conducta.

Diversos estudios científicos inclusive han apoyado estos mitos, pero nunca se han podido confirmar en su totalidad su veracidad. Pues bien, existen algunos que las personas siguen repitiendo pero ya se ha aclarado que no corresponden con la realidad. En el siguiente post te nombraremos algunos de los mitos populares de la psicología que son falsos.

A continuación te dejamos algunos de los más famosos mitos psicológicos usados por miles de personas a lo largo de los años.

Usa rojo para atraer a un hombre

Varios estudios han informado que los hombres califican a las mujeres que usan rojo como más sexys y más atractivas que las mujeres que usan otros colores, algo que los científicos han convertido en un “mito” sobre cómo nuestros ancestros primates anunciaron su sexualidad.

Pero en un artículo de 2016 en Evolutionary Psychology, los científicos describieron tres experimentos con 800 hombres jóvenes que no encontraron tal efecto. Incluso si existiera un efecto positivo hacia el rojo, seria débil, es una influencia relativamente poco importante que puede funcionar una noche pero no a largo plazo.

El efecto Lady Macbeth

El efecto Lady Macbeth en el que las personas expuestas o involucradas en comportamientos poco éticos se ven obligadas a lavarse las manos o limpiarse de otra manera.

Se basó en un estudio de laboratorio en el que las personas copiaron, a mano, un informe de sabotaje de alguien y luego encontraron productos como el jabón y la pasta de dientes más deseables que si hubieran copiado una historia sobre ayudar a alguien.

Estudios posteriores encontraron que las personas se sentían culpables después del lavado. Nuevamente, cuando otros científicos rehicieron el estudio original, no encontraron tal efecto. Tal vez algunas personas tienen algo de Lady Macbeth, mientras que otras no.

Sonreír te hace feliz

Este dicho ha existido desde por lo menos 1988, cuando un estudio informó que sostener un bolígrafo entre los dientes para forzar una sonrisa hacía que las personas encontraran dibujos animados más divertidos que cuando sostenían un bolígrafo entre sus labios.

Desafortunadamente, cuando 17 laboratorios independientes realizaron la prueba a unos 2.000 voluntarios, no encontraron ningún efecto de la posición de la boca sobre cómo las personas veían dibujos animados.

Esto no significa que nadie se sienta más feliz si algo lo obliga a sonreír; quizás si te obligas a sonreír, sin el molesto lápiz, te sientas un poco más feliz. Pero la falla de replicación significa que el efecto (si es que lo hay), es demasiado débil para aparecer de manera confiable en un gran número de personas.

Fuerza de voluntad finita

Esta es considerada “una de las teorías psicológicas más influyentes de los tiempos modernos”, como lo expresó la Sociedad Británica de Psicología. La idea es que si recurres a tu reserva limitada de fuerza de voluntad para, por ejemplo, resistir el carrito de postres en el almuerzo, tienes menos para usar cuando pasas por una tienda que anuncia exactamente los zapatos que siempre has admirado.

Docenas de estudios han encontrado ese efecto, que también se llama “agotamiento del ego”, por lo que parece ser robusto.

Sin embargo, 23 laboratorios que estudiaron a casi 2.000 participantes encontraron que drenar el autocontrol en una tarea tenía un efecto cercano a cero en la capacidad de las personas para el autocontrol en una tarea posterior.

Por tanto, si hay algún efecto, es pequeño, no se aplica a todos, e incluso podría ser opuesto al que generalmente se reclama.

El Gran Hermano mirándote

El Gran Hermano o el hermano mayor mirándote es un cartel de ojos vigilantes, el cual se dice que manipulaba a las personas a que hicieran algo o se comportaran de alguna manera porque había alguien observándolas.

Este cartel influyó en la política pública, cuando algunos departamentos de policía británicos colocaron estos ojos fijos en las paredes en un esfuerzo por mantener a las personas comportándose mucho mejor.

Pero en 2011, un estudio realizado a 138 personas no logró encontrar un efecto pro-social en las personas que fueron sometidas por los ojos del afiche.

La postura de poder

Pararse con los pies separados y las manos en las caderas, o sentarse con las piernas cruzadas en un escritorio. Tal “pose de poder”, informaron los investigadores en 2010 en Psychological Science, hizo que sus 42 voluntarios se sintieran más audaces, elevaron sus niveles de testosterona, disminuyeron sus niveles de la hormona del estrés cortisol y aumentaron su tolerancia al riesgo.

Por desgracia, cuando otros científicos rehicieron el estudio en 2015, con cinco veces más participantes, no encontraron tal efecto. Y aunque los científicos originales protestaron porque otros 33 estudios encontraron un efecto de pose de poder, un análisis objetivo de esos 33 encontró algo bastante diferente: las estadísticas en esos 33 son tales que pueden apoyar igualmente la conclusión de que la postura de poder no tiene efecto, e insinuar que los investigadores estudiaron en profundidad los estudios de postura de poder que no encontraron un efecto.

Llamaron a la evidencia “demasiado débil para abogar por que las personas participen en poses de poder para mejorar sus vidas.

Estilos de aprendizaje

Aunque la mayoría de los estudios refutan la idea popular de que los estudiantes aprenden mejor si la técnica pedagógica coincide con su supuesto estilo, el mito persiste.

Esto puede deberse a que cuando las personas intentan aprender algo según lo que creen que es su estilo de aprendizaje, sienten que han aprendido mejor el material.

Pero, según un estudio realizado por el psicólogo Roger Van Horn de la Universidad Central de Michigan en el 2016, la mejor técnica pedagógica varía según el tipo de material educativo y no por el estilo o forma de aprender del estudiante.

Además, el psicólogo social y economista Daniel Kahneman apunta que si un estudiante requiere un estilo específico para aprender, esto lo hace frágil adquirir conocimientos, pues exige que ciertas condiciones estén dadas para llegar a su punto de entendimiento, algo que simplemente no podrían reproducir los maestros de una escuela.

Acerca de

Dia García

Licenciada en Letras mención Historia del Arte, escritora creativa e investigadora con buena experiencia en escritura web.