Terapia

Cómo reconocer un mal psicólogo

Escrito por Dia García

Ir a terapia es una decisión difícil para muchos, y uno de los principales temores es encontrarse con un mal terapeuta que no ayude (y haga perder el dinero), que nos juzgue, nos avergüence o que empeore las cosas.

Es por eso que, reconocer un mal psicólogo es importante desde el primer momento, para no perder tiempo, salud mental y dinero. Sin embargo, a veces es bastante difícil. Te ayudamos con algunas señales para reconocer a un mal psicólogo.

Principales Señales para reconocer un mal psicólogo

Cada terapeuta malo puede presentar uno o más signos de los que aparecen en la siguiente lista. Si lo identificas, acude con otro profesional, pues necesitas ayuda real (no mediocre) en tu salud mental y emocional.

Extiende la terapia por años

La buena terapia es a corto plazo, pero la mayoría de las personas no lo saben y quedan atrapadas en un tratamiento a largo plazo. Esto puede ser muy costoso y no se enfoca en problemas específicos.

Si te has visto a ti mismo repitiendo tus problemas una y otra vez desde la misma perspectiva sin salida aparente, tal vez estés con un mal terapeuta.

No escucha ni responde

Si claramente no está haciendo el esfuerzo por escucharte y brindarte orientación, es momento de saltar con otro psicólogo mejor.

Te juzga

Si te sientes juzgado y hasta avergonzado cada vez que cuentas algo a tu psicólogo por su reacción, tu proceso de superación será más complicado.

Tu psicólogo no debe herirte ni ser un estorbo en tu proceso.

Te dice qué hacer

El psicólogo puede darte consejos si se los pides, pero no tiene por qué ordenarte nada. Se supone que la terapia te empodera y te brinda las habilidades cognitivas para tomar buenas decisiones.

Decirte qué hacer derrota ese propósito y es un área gris ética.

Impone creencias políticas, religiosas, espirituales o sociales

Los terapeutas deben respetar tus creencias religiosas, espirituales, políticas y sociales. Eso significa no imponer sus creencias.

Si un terapeuta se opone al aborto por razones religiosas, por ejemplo, no tiene derecho a plantearlo durante el tratamiento o usarlo como motivación para asesorar a una paciente con un tema relacionado al aborto.

Claro que pueden dar consejos religiosos, pero solo a las personas que tienen más probabilidades de comprender una perspectiva religiosa.

No es sensible a tus creencias y antecedentes

Los terapeutas deben ser sensibles y respetar las creencias que difieren de ellos, asimismo, deben entender tus creencias.

Rompe la confidencialidad

Un terapeuta está legalmente obligado a proteger tu privacidad. Él o ella solo deben compartir información confidencial si es necesario para salvar una vida.

Te anima a culpar a todos por tus problemas

Todos deseamos que el terapeuta se ponga en nuestros zapatos, pero no tendrás ningún progreso si te alienta a culpar a otros de tus problemas. Se supone que la terapia te capacita para asumir la responsabilidad y vivir una vida mejor.

Te avergüenza por tu enfermedad mental

Si padeces una condición mental, tu terapeuta no debería tratarla como algo de lo que avergonzarse. No debería ser despectivo o hiriente hacia los síntomas.

Habla demasiado de sí mismo

Está bien que los terapeutas hablen un poco sobre sí mismos. A veces ayuda a construir una fuerte alianza terapéutica que aumenta los resultados positivos en la terapia.

Sin embargo, la terapia trata sobre ti, para eso estás pagando.

Te empuja a hablar sobre cosas que no quieres hablar

Tú pagas por la terapia, así que deberías poder ir por la dirección que decidas. El terapeuta puede guiarte, pero no debería plantear un problema si le dices que cambie de tema.

Si el tema es demasiado importante como para ignorarlo, su trabajo es guiar suavemente hacia ese camino, no forzar.

Apresura el diagnóstico o sobre diagnóstico

No todos los problemas necesitan una etiqueta clínica. A veces, apresurarse a diagnosticar a alguien, puede dar como resultado un diagnóstico falso o excesivo.

También es deshumanizante, pues tu terapeuta primero tiene que tratarte como persona y luego tratar tu enfermedad mental. Solo que seas tú quien le pida un diagnóstico inmediato.

No habla del modelo que está usando contigo en terapia

Lo primero que debes hacer es preguntarle a tu terapeuta qué modelo usa. La mayoría de las personas no hacen esta pregunta cuando ven a un terapeuta porque por lo general no conocen mucho sobre el tema. Pero existen muchos modelos de terapia y debes saber cuál quieren aplicarte, porque tal vez no estés de acuerdo y no sabes en lo que te estás metiendo.

Dicho esto, también estás en tu derecho de solicitar una prueba de competencia a tu psicólogo, es decir, un certificado o documento que demuestre que está capacitado para aplicar ese modelo. Y finalmente, puedes preguntar libremente a tu psicólogo si el modelo que planea implementar es efectivo, cuáles han sido los resultados.

Las personas buscan tomar decisiones informadas sobre su salud física, pero de alguna manera no aportan el mismo pensamiento crítico al tomar decisiones sobre su salud mental.

No puede conectarse contigo

Puede tener las mejores habilidades como terapeuta, pero si no puede conectarse contigo no será efectivo. La fuerza de la relación entre un cliente y un terapeuta es uno de los elementos más predictivos de un buen resultado.

Puede que no sea un mal terapeuta en general, pero no es el psicólogo indicado para ti.

Da demasiados consejos

La mayoría de las personas piensan que los terapeutas constantemente dan consejos y ayudan a las personas a tomar mejores decisiones. El trabajo de un psicólogo es ayudar a sus clientes a tomar decisiones por sí mismos en lugar de dictarles las soluciones.

Como ya decíamos, pueden dar consejos, pero su trabajo es empoderar a la persona con sus propias decisiones.

Parece ser un experto en todo

Ten cuidado con el terapeuta que trabaja con personas de todas las edades y todas las especialidades. Es necesario que los psicólogos ejerzan dentro de los alcances de su licencia.

A veces los psicólogos en su deseo de ayudar a alguien se salen de su propio alcance, cuando lo ético y correcto es referir y reconocer cuando están frente a un campo donde no tienen experiencia ni conocimiento.

Acerca de

Dia García

Licenciada en Letras mención Historia del Arte, escritora creativa e investigadora con buena experiencia en escritura web.