Terapia

Cómo el trauma infantil nos enseña a disociarnos

Escrito por Dia García

La palabra disociación es una referencia al desapego hacia el entorno y/o las experiencias físicas y emocionales. Las investigaciones apuntan a varias causas, entre las que destaca mayormente el trauma infantil.

Fuera del trauma infantil, la disociación puede provenir del conflicto interno y otras formas de estrés, o incluso de aburrimiento.

No necesariamente es patológica, por ejemplo, soñar despierto es una forma de disociación no patológica. Pero el tema que nos reúne en este paso es la disociación patológica, vinculada con un trauma. Hablamos al respecto.

Señales de disociación patológica

  • Sentir que tu sentido del yo no es real (despersonalización).
  • Sentir que el mundo es irreal (desrealización).
  • Pérdida de la memoria (amnesia).
  • Olvidar la identidad o asumir un nuevo yo (fuga).
  • Corrientes separadas de conciencia, identidad y yo (trastorno de identidad disociativo o trastorno de personalidad múltiple).
  • Trastorno de estrés postraumático complejo.

Entonces, la disociación está estrechamente relacionada con situaciones de estrés. Si una persona tiene un conflicto interno que no puede resolver, puede empezar a disociarse. Y a quienes les aterran las situaciones sociales, suelen disociarse cuando están entre otras personas.

Trauma infantil y disociación

Por lo general cuando un adulto experimenta la disociación, el origen se encuentra en la infancia. Cuando somos niños, dependemos de nuestros cuidadores, el cerebro está en pleno desarrollo y por eso no podemos lidiar solos con los traumas. Pero cuando los adultos que nos rodean no pueden o no quieren consolarnos y ayudarnos, claro que hay consecuencias.

Entonces, al experimentar grandes cantidades de estrés o trauma, al no poder resolver las situaciones, los niños se disocian de la realidad. Y hay que prestar mucha atención en esto porque incluso los traumas que no parecen gran cosa, pueden ser bastante significativos para los niños.

Por eso, durante la infancia se experimentan muchos traumas y micro traumas que conducen hacia la disociación. Aparecen entonces algunas de las conductas disociativas principales.

Conductas disociativas principales

  • Comenzamos a experimentar episodios de disociación (generalmente, PTSD y C-PTSD).
  • Desde niños aprendemos a lidiar con la angustia emocional a través de conductas disociativas. Es decir, nos inclinamos por la adicción a los alimentos, el sexo, las drogas, la televisión, Internet, la atención, los deportes y cualquier otra cosa que nos ayude a reprimir el dolor que sentimos.
  • Se presenta otra gran cantidad de problemas anclados al trauma, porque no somos capaces de señalar al cuidador como el culpable del trauma, sino que nos acusamos a nosotros mismos. Ese sentimiento de culpa impide a las personas en muchos aspectos conectar con la realidad social, afectiva, etc.

Los investigadores han encontrado como forma de terapia el contar el trauma que causó la disociación. Muchas personas hasta ahora ni siquiera sabían que su problema de disociación provenía del trauma.

Y muchas veces la palabra trauma remite a una situación realmente terrible. Pero como ya hemos dicho antes, durante la niñez cualquier situación de estrés puede generar un trauma. Así que identificar el trauma y poder compartirlo es un primer paso para empezar a conectarse con la vida.

Acerca de

Dia García

Licenciada en Letras mención Historia del Arte, escritora creativa e investigadora con buena experiencia en escritura web.