Relaciones Terapia

La soledad se convierte en un peligro de salud pública

Escrito por Franco Rodriguez

Un nuevo comunicado de prensa de la Asociación Americana de Psicología advierte que la epidemia de la soledad representa ahora una amenaza para la salud pública que supera la de la obesidad.

Antes de entrar en los detalles se necesita tener una comprensión clara de lo que es la soledad (y lo que no es). La soledad se define subjetivamente no objetivamente. En otras palabras, lo que importa no es cuántos amigos tienes o cuántas personas tienes alrededor de ti a diario. Más bien, lo que importa es si te sientes emocionalmente o socialmente desconectado de otros. De hecho, muchas personas que están casadas y viven con miembros de la familia reportan sentir una soledad significativa porque se sienten emocionalmente desconectados de sus parejas y seres queridos.

El comunicado de prensa resumió la investigación presentada en la 125ª Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología y se centró principalmente en la desconexión social. Informan que más de 42 millones de adultos mayores de 45 años sufren de soledad crónica en los Estados Unidos y advierten que es probable que el número aumente debido al envejecimiento de la población.

Lo más trágico y convincente acerca de la amenaza médica que la epidemia de soledad representa es lo prevenible que es. El problema es una falta de conciencia fundamental tanto para las personas que se sienten solas, como para las personas que las rodean. No es fácil acercarse a un amigo o ser querido y expresar preocupaciones acerca de sus hábitos de fumar o su obesidad, pero muchos de nosotros lo hacemos de todos modos. Pero, ¿Cuántos de nosotros nos hemos acercado a un amigo o amado para discutir nuestras preocupaciones acerca de su soledad?

El diálogo público sobre los peligros del tabaco y de la obesidad ha estado sucediendo por décadas. Las personas que fuman y las que luchan con la obesidad son conscientes de que están arriesgando su salud. Pero las personas solitarias son en gran parte inconscientes de estos peligros como también lo son sus amigos y seres queridos.

Considere también que cuando un ser querido fuma o lucha con la obesidad, no hay nada que podamos hacer para ayudarlos a no ser que los motivemos a cambiar sus hábitos y estilo de vida. Pero cuando se trata de la soledad, nosotros podemos ser la solución. Podemos llegar, llamar, visitar, e incluirlos en actividades y encuentros. Podemos iniciar conversaciones más profundas y más significativas y hacerlas sentir acompañados y queridos.

De hecho, uno de los estudios citados en el comunicado de prensa encontró que tener conexiones sociales más fuertes y más profundas estaba asociado con una reducción del 50% en el riesgo de mortalidad temprana.

Las soluciones deben venir también de nuestros vecindarios y comunidades. Las municipalidades locales y las asociaciones vecinales pueden organizar actividades para personas jubiladas, las escuelas pueden requerir que los estudiantes realicen visitas domiciliarias a personas que viven en el hogar o con movilidad limitada, las opciones de intervención son numerosas.

La epidemia de soledad no desaparece. Y a diferencia del tabaquismo y la obesidad, una mayor conciencia, un debate público más sólido y los esfuerzos locales pueden tener un enorme impacto en la prevención. Depende de nosotros hacer que eso suceda.

Acerca de

Franco Rodriguez

Casi Graduado de Psicología. Seguidor de los últimos tratamientos e investigación para trastornos y desordenes.