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Problemas Psicológicos más Frecuentes en Niños

Ser niño puede ser considerado como una de las mejores etapas de la vida humana. Es, además, el estado con más y mayores cambios en el menor tiempo, que involucra el asentamiento de las características físicas y psicológicas, que próxima maduración, harán al adulto del futuro.

El desarrollo del niño, indistintamente tiene que pasar por diversas etapas, desde el nacimiento hasta la entrada a la pubertad y abandono de la infancia. Durante este procesos, los pequeños de la casa deben verse inmiscuidos y expuestos a diferentes factores, aunados a aquellos que son propios de la crianza y el hogar.

La superación o afrontamiento de estos retos, va determinando hitos en su crecimiento.

En algunos de estos hitos, puede hacerse necesario que los pequeños reciban y/o asistan a acompañamiento con algunos profesionales, a la par que padres y familiares se conectan y aprenden a entender los problemas de sus hijos.

Para ello, es importante conocer cuales son los problemas más comunes en los niños, desde conflictos en los tres grandes ejes, hasta trastornos específicos que requieren abordajes más complejos.

Problemas de Relaciones

Ser parte de la sociedad puede resultar extenuante para un niño, puesto que los pequeños vienen cargados con un pensamiento individualista, que esta netamente desarrollado con su deseo de supervivencia y su visión del mundo en términos de ganancia y pérdida. Se someten y participan en aquellas relaciones que resultan cómodas o satisfactorias para sí.

Sin embargo, el pasaje de ese pensamiento centrado en sí mismo, hacia la interacción, el altruismo y el compartir, es una parte fundamental del crecimiento y maduración, por lo que su presentación, aunque indudablemente necesaria, puede resultar un poco atropellada.

Iniciar, mantener o generar conversaciones y vínculos con sus iguales, puede complicarse; especialmente sí, el pequeño no es motivado desde casa para interactuar, no es recompensado por compartir, cuando padece de alguna dificultad de aprendizaje, un problema de lenguaje o no cuenta con figuras de apoyo que puedan ser un modelo de estas relaciones.

Problemas Comportamentales

Como te he mencionado previamente, los niños operan en su mayoría desde la conveniencia y los beneficios a obtener. Por lo general, la búsqueda de estos beneficios y de la comodidad, lleva al desarrollo de determinados patrones comportamentales.

Los mismos, son un conjunto de conductas que persiguen un fin, y que pueden resultar inadecuados para el medio o para el sano desarrollo de otras áreas del niño, como su salud o su crecimiento psicológico y social.

Por ello, se hace necesario el establecimiento de patrones y reglas, que impuestos desde el hogar o la escuela, le marcan pautas de comportamiento al niño, para aprender a postergar la satisfacción, a obtener lo que desean desde otras vías o incluso desechar ideas que puedan resultar dañinas.

Problemas Emocionales

Cuando se trata de lo emocional, los niños lo ven todo desde los polos. Las experiencias son extremadamente buenas, o malas y desagradables, lo que se traduce en picos constantes de emociones que acompañan a cada interpretación del mundo que realizan.

A esto, debemos aunar el hecho que los niños carecen de un conocimiento extenso de las emociones, el cómo se perciben, e incluso como controlarlas, por lo que van aprendiendo de ellas a través de las experiencias amargas o alegres del día a día. En algunos escenarios, este proceso de subidas y bajadas, puede resultar especialmente desgastante, desencadenando en manifestaciones confusas.

Las tres áreas mencionadas, comparten en común, que se dan con bastante frecuencia en por lo menos un momento de la vida del pequeño, sin embargo, en la mayoría de los casos, con el apoyo adecuado o incluso a través de la maduración, pueden transcurrir y ser dejados en el pasado.

Lo mismo no se da con los trastornos que te mencionare a continuación, donde el pequeño requerirá un abordaje mayor, y tendremos que vernos expuestos a otros factores que no serán tan sencillos de manejar, a pesar que son trastornos comunes y de frecuente presentación en la actualidad.

TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad)

Los niños que experimentan este trastorno por lo general son enérgicos en casi cualquier parte, incluso en aquellos lugares que no ameritan movilidad ni actividad; además, tienen grandes dificultades para prestar atención a un elemento por tiempo prolongado, o retener mucha información para después.

Angustia por Separación

El deseo de los niños de estar cómodos, acompañados y seguros, puede exacerbarse en este trastorno, donde el pequeño vive bajo una preocupación excesiva ante la posibilidad de perder a sus padres o a una persona amada, y así ser abandonado.

Fobias Escolares

Nos encontramos con un temor desmedido y casi inexplicable de parte del niño, hacia cualquier ambiente que tenga relación con lo escolar.

Aquí vale destacar, que es común que los niños experimenten temor y aprehensión respecto a la escuela, y lo que significa, sin embargo en estos cuadro se trata de un terror persistente, que no remite ante las experiencias de contacto positivas, puesto que con estos pequeños, en su mayoría, no se logra establecer un contacto con la escuela.

Enuresis y Encopresis

Nos referimos a problemas para el control de los esfínteres (orinar y defecar) que se presentan en edades cronológicas donde se espera que el infante ya sea capaz de controlarlo.

Este tipo de problema, aunque con un tenor psicológico importante, debe iniciar su diagnóstico desde el área médica, para descartar cualquier dificultad o deficiencia física que este comprometiendo este funcionamiento. Si no es el caso, entonces debe continuarse con un abordaje solo psicológico.

Trastornos Adaptativos

En este caso, se trata de las dificultades prácticamente incapacitantes del pequeño, para hacerle frente a los cambios y adaptarse a ellos en un tiempo prudente, por lo que evaden la situación.

Es importante tener en cuenta, que para el diagnóstico y abordaje de estos trastornos, es necesaria la opinión y supervisión de especialista del área, como psicólogos, pediatras o psiquiatras infantiles, quienes puedan ser una orientación en el camino.

Acerca de

Daniel Alejandro Rendón

Soy psicólogo con mención en clínica, egresado de la Universidad Arturo Michelena, experiencia en el campo de los deportes, psicología evolutiva, clínica, filosofía y más de un año en redacción.