Relaciones

Tipos de relaciones y sus características

Escrito por Dia García

El amor es una experiencia tan personal que en ningún idioma puede dársele una definición adecuada. Los psicólogos sin embargo lo han intentado, creando algunas teorías que intentan dar marco a las relaciones y definición al amor.

La mayoría de nosotros tiene en mente lo que debería ser una relación “buena” o “correcta”. Y a menudo nos causamos una angustia innecesaria al intentar comparar nuestra relación con la de otros. Lo cierto es, que existen muchos tipos de relaciones.

Hay parejas disparejas y hay gente que parece estar destinada a estar juntos. Ambas pueden ser sanas y felices o todo lo contrario.

¿Cómo saberlo? Algunos investigadores han dividido la tipología de las relaciones por patrones dominantes, mientras que otros se han centrado en hablar de siete tipos de relaciones estándar como veremos más adelante. De momento, hablemos de los patrones dominantes.

5 Patrones dominantes

Carmen Lynch, terapeuta de parejas y familiares en san Francisco, creó una tipología de 5 patrones dominantes que definen las relaciones y qué pueden orientar a las personas a saber qué tipo de relación están experimentando.

Los presentamos en síntesis a continuación.

Relaciones de supervivencia

Está conformada por dos personas que sienten que no pueden hacerlo por sí solas. Implica la forma básica: “Sin ti no soy nada; contigo soy algo”. Así que en tal contexto la elección desesperada se basa más en las necesidades de una o ambas partes, que en lo que la otra persona puede ofrecer en realidad.

En este tipo de relaciones hay pocos intereses compartidos, así que hay poco “pegamento” positivo que los mantiene unidos cuando llegan las circunstancias de tensión. Una de las partes busca que la otra le proporcione lo que le falta, así que es probable que desarrolle una relación simbiótica y se aferre desesperadamente.

Esta desesperación por aferrarse a alguien puede tener un sustento real, como las adicciones por ejemplo. Las relaciones de abuso y violencia también suelen ser de este tipo. Pero en última instancia, están las personas que solo buscan una pareja por tener algún tipo de contacto, orden, rutina o incluso un oponente para peleas y discusiones.

Las personas en estas relaciones tienen mucho miedo a perder a su contraparte y por eso a menudo sobrepasan sus propios límites.

Y como tienen miedo de estar solas, dejan una relación por otra, pues una persona puede no sentir su supervivencia emocional intensamente amenazada, pero la pareja puede ser percibida como un ancla en su vida, sin la cual se está perdido y sin timón.

Relaciones de validación

Sucede cuando lo que se busca en una relación es la validación del atractivo físico, intelecto, estatus social, sexualidad, riqueza o algún otro atributo. El intelecto y el dinero son validadores especialmente comunes.

Muchos adolescentes y adultos jóvenes que buscan un sentido de identidad forman relaciones basadas en validación sexual.

En estos contextos, el empaque tiende a ser muy importante: belleza física, ropa elegante, un auto genial; es decir, el paquete de imágenes románticas que encajan con el grupo de referencia del que la persona quiere formar parte.

Estas siempre son relaciones un poco inseguras. La pareja es inmadura y hay una tensión enorme y una prueba constante. Es necesario siempre preguntar a la otra parte si le ama de verdad y cada uno está buscando validación en el otro.

Una relación de validación puede promover el valioso objetivo de fortalecer la autoestima de una persona en áreas en las que se ha sentido inadecuada o dudosa. Pero una vez que la persona siente suficiente confianza comenzará a cuestionarse cuánto tiene en común con su pareja y si realmente hay profundidad en la relación. Es decir, un hombre que elige a una mujer solo por sus atributos físicos, a la larga puede toparse con una persona también frívola, que no le proporciona cuidados ni afecto profundo.

Relaciones escritas

Empiezan por lo general en la adolescencia y la juventud. Son aparentemente la pareja perfecta, encajan con los paradigmas sociales, expectativas estéticas y posición económica. Son “perfectos” el uno para el otro.

Estas relaciones funcionan como un convenio a largo plazo, la familia, los amigos y la sociedad están complacidos de verles juntos porque es lo correcto, encajan a la perfección con lo que todos esperan.

Estas relaciones fácilmente llegan al matrimonio, las familias de origen están muy involucradas y las carreras profesionales y la estabilidad económica son las prioridades. A menudo la pareja no disfruta de las vacaciones porque tiene como compromiso las fiestas y reuniones familiares.

En estas relaciones, las diferencias a menudo toman la forma de luchas de poder. Se desarrollan interminables discusiones sobre todo: cómo mantener la ilusión de perfección en familiares y amigos, así como cómo manejar sus propios sentimientos e inclinaciones. Esto a menudo se convierte en un patrón. en el que el problema no es realmente el asunto que nos ocupa, sino quién “gana”.

En este contexto de pareja exitosa luchando cada uno por su brillo, la intimidad sexual puede verse afectada. Quienes observan la pareja desde fuera creen que son toda una inspiración, pero la verdad es que discuten todo el tiempo, y aunque son monógamos, son casi célibes, tienen poca actividad sexual.

Es así como estas personas se quedan atrapadas en estas relaciones “perfectas” para todos los demás.

Relaciones de aceptación

Las personas de las tres categorías anteriores por lo general creen que se están involucrando en una relación de aceptación. Descubren, a veces demasiado tarde, que no es así. En una relación de aceptación confiamos, apoyamos y disfrutamos mutuamente. Y dentro de amplios límites, somos nosotros mismos.

Cuando nuestras expectativas no son abrumadoras, cuando las diferencias entre nuestros intereses e inclinaciones no son demasiado disonantes, y cuando nuestros instintos combativos no son demasiado fuertes, una relación escrita puede evolucionar hacia una relación de aceptación.

También las relaciones de validación pueden evolucionar hacia una relación de aceptación cuando hay suficiente crecimiento para mantenerse juntos y las inseguridades permiten garantías honestas.

Relaciones de individuación-aserción

Estas relaciones se basan en la afirmación de los deseos y necesidades de cada persona, y en el respeto por los demás. Muchas parejas que se conformaron en los años 80 y 90 siguieron este patrón como una vida más idealizada de las relaciones de aceptación.

Se trata de impulsar al otro a alcanzar sus ideales y su potencial, haciendo los sacrificios necesarios para ello, por lo que los límites son un poco más flexibles que los de las relaciones de aceptación.

La pareja aprecia las diferencias, así que no necesitan ser “perfectos” el uno para el otro; en la fortaleza de uno está la necesidad del otro y de esa manera se apoyan y se respetan.

Siempre se están animando uno al otro, siempre están aprendiendo y resolviendo problemas, por lo que no persiguen un concepto fijo de las cosas ni basan sus decisiones en patrones antiguos, sino que evolucionan con sus sentimientos.

Tipos de relaciones amorosas

Robert Steinberg, un destacado psicólogo, creó una estructura con su teoría triangular del amor.

Dijo que hay tres componentes del amor: pasión (atracción física o romántica), intimidad (un profundo sentido de apego y una dinámica de compartir) y compromiso (la voluntad no solo de mantener la relación, sino también dejarla crecer).

Estos tres elementos combinados dan forma a siete tipos diferentes de relaciones que intentaremos explicar a continuación.

Cuando puedes tener intimidad emocional, se le llama amistad

Aplica para aquella persona a la que le cuentas todo, suele ser la primera que llamas cuando algo importante pasa en tu vida y está al tanto de tus luchas y tus victorias. A esta persona le amas mucho, pero su vínculo está basado en la amistad y en que se caen muy bien, así que no equivale a una relación.

Cuando hay pasión, se llama amor encaprichado

Tal vez hayas experimentado un enamoramiento plenamente hormonal. Es un amor intenso y abrumador, pero puramente físico, donde no quieres intimar (abrirte con esa persona) ni tener un compromiso.

Este tipo de relación lleva a las personas a unirse incluso por años. Pero para ver si una relación así funciona es importante pasar por tiempos difíciles donde se requiera apoyo.

Cuando sientes un fuerte sentido de compromiso con alguien, pero sin pasión o intimidad, es amor vacío

Es el tipo de amor que solemos compartir con nuestros familiares.

Ves a la otra persona como alguien fijo en tu futuro y no ves la vida sin ella, pero cuando piensas en sus historias personales y en la atracción física, encuentras que realmente no hay nada. Desafortunadamente, hay muchos matrimonios que se basan en el amor vacío.

Cuando hay intimidad y pasión entre las dos personas, se llama amor romántico

Es el amor que en un principio te hace sentir mariposas en el estómago, y que te hace querer pasar mucho tiempo de intimidad con esa persona. Pero sin compromiso, este amor dura poco.

La pasión se siente intensamente y puedes abrirte con esa persona y sentir que realmente durará. Pero si solo se basan en estos sentimientos efímeros y no trabajan en la relación a largo plazo, el sentido del compromiso no se desarrollará.

Cuando hay intimidad y compromiso, pero no mucha pasión se le llama amor de compañía

En el matrimonio y las relaciones a largo plazo llega a haber en algún punto amor de compañía. Esto no es tan malo ya que la intimidad y el compromiso son los más fuertes de los tres pilares.

Sin embargo, es importante reavivar el fuego y traer de vuelta la pasión a la mezcla. Este tipo de amor lo vemos en los ancianos, que a menudo buscan el amor de compañía.

Cuando hay pasión y voluntad de compromiso, pero no hay intimidad real, es amor fatuo

Sucede cuando conoces a alguien y la química entre los dos es genial.

La persona parece ser la pareja con la que siempre has soñado, pero lo que te gusta se basa en esquemas superficiales: a dónde han viajado, el tipo de música que les gusta, películas, libros, si es amante de los animales o no.

Con base en esto, decides que quieres pasar el resto de tu vida con esta persona. Organizas la boda de tus sueños, pero la verdad es que realmente no conoces a esta persona, no has tenido intimidad ni se han tomado de la mano para atravesar tiempos difíciles.

Cuando los tres elementos poderosos se combinan, obtenemos un amor consumado

El amor consumado es una situación ideal en la que continúan teniendo buena química como pareja, son los mejores amigos y nunca disminuyen en su decisión de pasar la vida juntos. Todos queremos ese amor consumado, pero no todos los perseguimos con nuestras decisiones.

Podemos lograrlo, pero según los psicólogos, el desafío radica en mantenerlo. Así que el consejo radica en aprender a amar de nuevo todos los días con los tres pilares: pasión, intimidad y compromiso.

Acerca de

Dia García

Licenciada en Letras mención Historia del Arte, escritora creativa e investigadora con buena experiencia en escritura web.