Inteligencia

Cómo desarrollar tus habilidades de comunicación

Escrito por Dia García

Si quieres comunicarte mejor, en el siguiente post te enseñaremos cómo desarrollar tus habilidades de comunicación, comenzando por definir la comunicación efectiva.

Seguramente ya sabes que la comunicación efectiva es de suma importancia en el trabajo y en las relaciones, no tenerla supone pérdida de conexiones y oportunidades. Así que aquí tienes un poco de ayuda para comenzar a trabajar en ello.

Qué es una comunicación efectiva

La comunicación efectiva es un proceso de intercambio de ideas, pensamientos, conocimientos e información, que permite el propósito o intención se cumpla de la mejor manera posible. En palabras simples, no es más que la presentación de puntos de vista por parte del remitente de una manera mejor entendida por el receptor.

Para muchos, comunicarse de manera más clara y efectiva requiere aprender algunas habilidades importantes.

Ya sea que estés tratando de mejorar la comunicación con tu pareja, hijos, compañeros de trabajo o con tu jefe, aprender estas habilidades puede profundizar tus conexiones con los demás, generar una mayor confianza y respeto, y mejorar el trabajo en equipo, la resolución de problemas y su salud social y emocional en general.

Cómo desarrollar tus habilidades de comunicación

La manera de desarrollar tus habilidades comunicativas es poniéndolas en práctica, como sucede en el deporte, la música, la tecnología, etc. Aquí compartimos las habilidades en las que debes trabajar.

Conviértete en un oyente comprometido

Cuando nos comunicamos con los demás, a menudo nos centramos en lo que deberíamos decir. Pero para una buena comunicación debes escuchar bien no solo las palabras o la información que se está comunicando, sino también comprender las emociones que el hablante está tratando de transmitir.

Hay una gran diferencia entre escuchar activamente y simplemente escuchar. Cuando eres un oyente comprometido comprendes todo, y harás que esa persona se sienta escuchada y comprendida, lo que puede ayudar a construir una conexión más fuerte y profunda entre ustedes.

El ser un oyente comprometido reduce el estrés y apoya el bienestar físico y emocional. Si la persona con la que estás hablando está tranquila, por ejemplo, escuchar de manera comprometida también te ayudará a calmarte. Y si la persona está agitada, le ayudará que tú estés calmado y le escuches.

Para convertirte en un oyente comprometido:

  • Céntrate completamente en el orador, no revises el teléfono por ejemplo, y mantente enfocado en lo que dice.
  • Favorece tu oreja derecha al escuchar, pues aunque parezca extraño, el lado izquierdo del cerebro contiene los principales centros de procesamiento tanto para la comprensión del habla como para las emociones. Dado que el lado izquierdo del cerebro está conectado al lado derecho del cuerpo, favorecer la oreja derecha puede ayudar mejor a detectar los matices de los estados emocionales de alguien.
  • Muestra interés en lo que la persona dice.
  • Intenta dejar de lado el juicio, puede que no estés de acuerdo con las ideas de la otra persona, pero para comprender debes dejar de lado el juicio.

Presta atención a las expresiones no verbales

Las expresiones no verbales (miradas, gestos, movimientos, etc.) dicen más acerca de cómo una persona se siente que las propias palabras.

Desarrollar la capacidad de comprender y usar la comunicación no verbal puede ayudarte a conectarte con otros, expresar lo que realmente quieres decir, navegar por situaciones desafiantes y construir mejores relaciones en el hogar y el trabajo.

Mejora la comunicación efectiva utilizando un lenguaje corporal abierto: brazos relajados; también puedes usar el lenguaje corporal para enfatizar o mejorar su mensaje verbal, por ejemplo dándole palmaditas en la espalda a un amigo mientras lo felicitas por su éxito, o chocando las manos o los puños reafirmando una de sus acciones.

Para mejorar tu propia comunicación no verbal:

  • Usa señales no verbales que coincidan con sus palabras en lugar de contradecirlas, de lo contrario, confundirás a tu oyente.Por ejemplo, sentarse con los brazos cruzados y sacudir la cabeza no coincide con las palabras que le dicen a la otra persona que estás de acuerdo o dispuesto a ceder.
  • Ajusta tus señales no verbales de acuerdo al contexto, modera el tono de voz dependiendo de si estás hablando con un adulto o un niño, ten en cuenta el estado emocional y los antecedentes culturales de la otra persona con la que estás hablando.
  • Evita el lenguaje corporal negativo. Es decir, la cabeza gacha, los ojos desviados, los brazos cruzados, etc.

Mantén el estrés bajo control

Puede que en algún encuentro con tu pareja, amigos o jefes digas algo de lo que luego te arrepientas. Si puedes aliviar rápidamente el estrés y volver a un estado de calma, no solo evitarás tales remordimientos, sino que en muchos casos también ayudarás a calmar a la otra persona.

Solo cuando estés en un estado calmado y relajado puedes saber con exactitud si una situación requiere respuesta o si las señales de la otra persona indican que es mejor guardar silencio.

En situaciones como una entrevista de trabajo, una presentación de negocios, una reunión de alta presión o una presentación a la familia de un ser querido, por ejemplo, es importante controlar tus emociones, pensar de pie y comunicarse efectivamente bajo presión.

Para mantener el estrés controlado:

  • Usa tácticas dilatorias para darte tiempo para pensar. Pida que se repita una pregunta o que se aclare una declaración antes de responder.
  • Haz pausas para pensar.
  • Sé puntual, si tus respuestas son demasiado largas corres el riesgo de perder al oyente.
  • Sé claro, lo que dices puede ser tan importante como lo dices, mantén un tono uniforme y haz contacto visual.
  • Termina con un resumen y luego detente.

Sé asertivo

Ser asertivo significa expresar tus pensamientos, sentimientos y necesidades de una manera abierta y honesta, mientras te defiendes y respetas a los demás.

No tienes que ser hostil, agresivo y exigente, pues la comunicación efectiva siempre se trata de comprender a la otra persona, no de ganar una discusión o forzar tus opiniones sobre los demás.

Para mejorar tu asertividad:

  • Valórate a ti mismo y a tus opiniones.
  • Conoce tus necesidades y deseos.
  • Recibe los comentarios positivos.
  • Aprende a decir “no”, conoce tus límites y no permitas que otros lo pasen.

Si fortaleces todas estas habilidades, seguramente lograrás tener una comunicación más efectiva, podrás solucionar problemas más rapído y lidiarás con menos estrés. No tiene desperdicio.

Acerca de

Dia García

Licenciada en Letras mención Historia del Arte, escritora creativa e investigadora con buena experiencia en escritura web.